Descubre los Secretos de Seducción que encierra un Perfume y elige el Elixir que dejará la huella de Tu Estilo Personal…
Los perfumes han acompañado la existencia del hombre, ya que “través del humo “ (PER-FUMUM) se adoraba a los dioses.
Al ser humano le ha gustado siempre vivir rodeado de fragancias agradables y delicadas.
Antes de la elaboración del perfume ya se sentían atraídos por el aroma de las flores.
Luego desearon oler muy bien, lo que dio comienzo a una larga historia olfativa que los siglos han visto escribirse sobre el humo de mágicas sustancias perfumadas.
El hombre antiguo le daba tanta importancia a las fragancias como el hombre moderno.
Según la mitología griega, el perfume nació de la mano de Afrodita, diosa del amor y la belleza cuando ella salpicó una rosa con una gota de sangre.
Así adquirió la rosa su aroma tan particular. Luego, Cupido su hijo, la besó dotándola de su suave fragancia.
Si destapamos un frasco de mirra o azafrán tal vez surge en nuestra memoria una imagen del antiguo Egipto. Fue esta la primera civilización dedicada a hacer ofrendas de aromas a las divinidades a través de los sacerdotes y del propio faraón.
Los egipcios quemaban maderas aromáticas y resinas naturales. Sus recetas cuentan del enorme grado de sofisticación al que llegó este pueblo en cuanto a la elaboración de esencias.
Aromatizaban sus ceremonias, las curaciones y usaban además las fragancias como complemento de belleza para las mujeres.
Las egipcias llevaban el perfume en conos sobre su cabeza emanando fragancias a cada paso. El brillo y la estela aromática de Egipto se expandió por todo el Mediterráneo.
Mientras tanto, otros pueblos exploraban el aroma de las flores.
Asirios, caldeos y griegos aprendieron a macerar plantas y flores en aceite con el fin de obtener unguentos aromáticos que se utilizaban para agradar a los dioses y como perfume personal.
Para los griegos el perfume resultaba un artículo divino de origen misterioso. Hacían un verdadero culto a la higiene del cuerpo y a la belleza.
Se untaban con cremas antes del deporte. Los baños perfumados y los masajes con aceites eran los secretos de belleza fundamentales.
Antes que se impusiera el cuerpo atlético y la armonía de las formas, el ideal de belleza de Grecia se basaba en el aseo.
En esa época seducción y terapéutica iban de la mano. Se propagó la costumbre de mojarse el cabello con perfume antes de las grandes comidas.
También los romanos otorgaron a los perfumes un lugar considerable.
Las clases sociales privilegiadas dedicaban mucho tiempo al cuidado personal en el que las fragancias ocupaban un lugar preponderante.
En los cultos religiosos y en los ritos funerarios el benjui, el incienso, el ámbar gris y otras sustancias perfumadas se hicieron indispensables.
Las termas romanas fueron auténticos institutos de belleza. Las mujeres se cubrían con joyas perfumadas que actuaban como amuletos.
Durante las fiestas, los romanos epicúreos mezclaban perfumes con vinos.
Un importante proveedor de materias primas para la elaboración de fragancias era la India de donde llegaban esencias tales como sándalo, aloe, lavanda.
En la India los aromas también estaban relacionados con los ritos religiosos y se llevaban a cabo para alejar los malos espíritus.
Otro país rico en materias primas para la elaboración de perfumes era la exótica Arabia donde se hacían fragancias de la familia oriental.
Mucho tiempo después, el descubrimiento de América significaría un gran acontecimiento para el desarrollo de la perfumería, pues el nuevo mundo aportaría ingredientes novedosos como la vainilla y el cacao.
Desde hace milenios el perfume no ha perdido ninguno de sus poderes de protección, purificación e invocación.
A través de la historia, las fragancias han ocupado un doble carácter: divino y profano.
Este rasgo permanece vigente en la actualidad. Lo podemos sentir en el incienso que sale de una iglesia y en el perfume utilizado como broche de oro para seducir en una velada romántica.
Los seres humanos utilizamos las fragancias como medio de comunicación debido a que el olfato es un sentido primario y muy potente.
Clasificamos los aromas a través de nuestro sistema límbico, que se vincula con nuestra parte emocional.
Una fragancia puede traernos a la memoria recuerdos olvidados de forma inmediata y hacernos revivir emociones intensas.
Una Buena Elección
Elegir nuestra fragancia personal será aquella de la que nos enamoramos a “primer olfato”
La elección del perfume apropiado es mucho más que la selección de una fragancia.Es una forma de expresar nuestra forma de Ser y de Sentir.
El uso de un perfume acentúa el impacto de nuestra Imagen Personal.
Entre una Mujer y su perfume debe existir una armonía íntima, una mágica afinidad.
El perfume es un accesorio relacionado con la piel, cargado de sensualidad y que tiene la capacidad de atraer a los demás.
La fragancia ideal es la que nos hace sentir maravillosamente. Es ese olor que nos gusta, que no nos hostiga y que está en armonía con lo que somos y lo que queremos proyectar.
Encontrar esa fragancia cómplice resulta toda una aventura de autoconocimiento.
Para hacer una buena elección es importante apelar a la propia sensibilidad, a nuestros recuerdos y las emociones asociadas a ellos.
La razón por la cual a unas personas les gustan algunos aromas y a otros no, tiene que ver con la asociación emocional que se hacen con determinados olores.
Antes de comprar un perfume analiza:
– ¿Dónde pasaste tus primeros años? ¿En el mar, la montaña, la ciudad? ¿Vivías en una casa o un departamento?
-¿Cuáles son tus recuerdos más agradables de aquella época y qué referentes olfativos tienes? El olor del pino, las rosas del jardín, la torta de manzana y canela.
– ¿Cuáles son las flores que más te gustan?
-¿Cuáles son los olores que te agradan y cuáles te disgustan? Cítricos, maderas, flores, los dulces, los suaves?
-¿Que colores prefieres?
-¿Qué comidas disfrutas? Frutas, agridulces, condimentadas, etc.
Seguramente encontrarás un patrón común entre las respuestas y una familia olfativa por la que te sentirás inclinada. Sentirás más atracción por los florales, cítricos, amaderados.
Un perfume debe ser recordado, perceptible, poder deleitar, hacer soñar, ser portador de emociones.
El perfume expresa de una manera sutil todo aquello que no se puede comunicar con palabras.
De Buena Familia
Existe una clasificación genealógica de los perfumes que se basa en relaciones de parentesco entre los aromas a partir de los ingredientes fundamentales que los componen, destacándose principalmente 7 grandes familias.
Floral: Se compone por las fragancias clásicas y las más antiguas y representa una familia importante y variada.
Se dice que un perfume es floral cuando en su composición predomina fundamentalmente la presencia de las flores como la rosa, el jazmín, la violeta, el nardo o el narciso.
El énfasis de las fragancias florales puede ser de diversa índole: frutal, verde, fresca, dulce.
Los perfumes florales destacan lo femenino en cada Mujer. Se adaptan muy bien a un estilo romántico.
Cítrica: se define como Hespérides (ninfas de La mitologia griega), también los denominan «verde» o «citrus».
Forman parte de esta familia las aguas que contienen aceites esenciales de naranja, limón, bergamota, mandarina, lima, pomelo.
Los perfumes cítricos brindan una sensación limpia, fresca, estimulante.
Se adaptan al estilo de vida de una Mujer juvenil y dinámica.
Tienen gran auge en la época de verano dada la sensación de frescura que transmiten.
Chipre: Se compone de una familia de perfumes con notas de musgo, roble o pachuli combinadas con notas frutadas (melocotón) o florales ( rosa).
Pueden tener un carácter frutal, amaderado, fresco o verde.
Resultan ideales para un estilo de Mujer misteriosa, sofisticada, seductora.
Amaderados: Evocan el ambiente de un bosque. Las notas olfativas se construyen con raíces y cortezas de madera de árboles y arbustos como cedro, vetiver, ciprés, sándalo.
La madera de sándalo es el espíritu de esta familia junto con la corteza o el fruto de otros árboles como el cedro o el ciprés. Se combina a menudo con notas marinas, de cuero y tabaco dando como resultado perfumes cálidos, profundos.
Hasta hace poco tiempo, esta fue una familia de perfumes masculinos, pero con el paso del tiempo las fragancias femeninas han encontrado en ella una gran inspiración.
Orientales: Se caracterizan por ser perfumes intensos, dulces, apropiados para la época de invierno. Se clasifican en fragancias ambarinas o especiadas.
Los perfumes ambarinos también se conocen como orientales y están basados en vainilla y esencias balsámicas. Esta familia agrupa perfumes de notas dulces, cálidas, con esencias de ámbar y almizcle que dejan una estela intensa.
Especiados: son aquellos en los que aparecen los aromas habituales del mundo gastronómico adaptados a la perfumería como por ejemplo: café, chocolate, pimienta, comino, canela, nuez moscada. Se mezclan con cítricos, flores y madera.
Se caracterizan por ser perfumes exóticos, dulces, intensos, ideales para mujeres glamorosas y muy sensuales.
Cuero: los aromas característicos de esta familia son el tabaco, la madera, el abedul, suavizados por notas florales como lirio o violeta.
Sus perfumes se caracterizan por ser elegantes y muy discretos pues están basados en notas secas e incluso ahumadas.
Acuosos: Los perfumes de esta familia se caracterizan por emanar aromas frescos. Constituyen una de las últimas tendencias en el mundo de la perfumería.
También se los conoce como ozónicos, ya que poseen un acento de brisa marina que los identifica.
En su composición se incluyen extractos de algas, helechos, hierbas de cultivo húmedo. Se extraen también las esencias de las plantas que conforman la flora marina.
Estos perfumes evocan el frescor de los océanos y de las plantas de clima húmedo.
Van muy bien con un estilo de Mujer Natural, Informal y con la sensibilidad ecologista de la época actual.
Como Perfumarse
El recuerdo del perfume puede quedar grabado a fuego, mucho más que la Imagen Personal.
La clave de la aplicación de las fragancias está en el equilibrio, en el uso con cierto ritmo y proporción.
La aroma nunca debe adelantarse a quién la lleva, sino que debe dejar una sutil estela olfativa al paso.
El triángulo formado por la nariz y los hombros representa uno de los puntos clave del cuerpo ya que esta zona expande muy bien las esencias.
Puedes aplicar tu perfume detrás de las orejas, en las muñecas, en la parte interior de los codos, y en la parte trasera de las rodillas porque las pulsaciones del corazón se sienten intensamente en esas zonas y potencian el aroma.
Otra forma de aplicarlo consiste en atomizar el perfume en el aire para luego caminar a través de esta lluvia de gotas. De esta manera, el cabello también quedará delicadamente perfumado.
Una zona del cuerpo muy sensual es el escote. Perfúmalo si lo que se deseas es una presencia más sugerente de tu fragancia favorita.
Para quienes buscan un efecto más intenso pueden recurrir al perfumado por capas. Se comienza aplicando el gel de ducha con tu aroma preferido, luego se coloca la crema hidratante con la misma fragancia, a continuación el desodorante y por último, el perfume.
El perfume se aplica preferentemente después de la ducha, para darle tiempo a la fragancia de reaccionar al contacto con la piel, antes de vestirte y colocarte las joyas, pues los alcoholes pueden afectarlas o manchar la ropa.
Otra regla de oro a tener en cuenta a probarlo es evitar frotar el perfume contra la piel, ya que ello altera las moléculas de la fragancia y daña su aroma.
Lo más recomendable es colocar el perfume y esperar unos instantes hasta que se absorba.
Entre más oscura sea la piel de una Mujer, más temperatura genera y por lo tanto, la fragancia se conservará por más tiempo.
La aplicación dependerá del estilo de cada una y de si le gusta anunciar su presencia a través de su perfume o prefiere crear una discreta aura aromática alrededor de su Imagen Personal.
Los aromas afectan nuestro estado de ánimo, nuestra motivación y conducta.
Generan emociones, reflejan nuestra personalidad, refinan y elevan el espíritu.
En el ámbito de la comunicación el perfume amplía nuestro «Yo Corporal», potenciando el cuerpo como portador de mensajes no verbales.
El perfume es un accesorio, el más cautivante e intenso y un medio de seducción que revela la personalidad de una Mujer.
Genera bienestar y placer y permite dejar ese toque único e inolvidable de tu Estilo Personal.
«Una Mujer sin perfume es una Mujer sin porvenir”
(Cocó Chanel)
Profundiza en el maravilloso mundo del perfume mirando dos películas relacionadas con los aromas:
Perfume de Mujer
El Perfume
Si deseas recordar las 7 familias de perfumes, conserva la siguiente Infografía
Diseñadora de Indumentaria. Consultora en Imagen Personal Femenina. Capacitación & Coaching.
Apasionada por el Arte, la Moda y el Desarrollo Personal.
Te acompaño a descubrir tu Verdadera Imagen y a diseñar tu Estilo con creatividad desde tu Esencia, para que hagas visible tu auténtica belleza, te sientas mejor con vos misma y proyectes esa seguridad que te aportará un Atractivo Irresistible.
veronica@imagendemujer.com
Genial justo esto es lo que me faltaba para terminar mi trabajo, al fiiiiin T.T GRACIAS!
Me alegra mucho Conni que te haya servido el post. Suerte en tu trabajo!!! Un abrazo. Veronica